A Ella
que me dejó ser el chocolate de su vida.
eso es un hecho demostrable en caricias.
Por eso creo (o mejor: afirmo) que teníamos que encontrarnos.
Esto no es un poema.
Dudo que haya verso capaz de contenerte,
créeme,
no te he visto nunca y ya sé que eres el motivo de que exista la idea de un Dios.
Tenías que disimular toda la magia que llevas escondiendo en tus vidas anteriores.
seguramente,
en algún momento de cualquier lugar
alzaré las manos por ti, musa,
que eres una victoria por celebrar.
Romperé cualquier duda o barrera. Si tú eres el premio,
me valen todas las guerras, amor.
E incluso el fracaso me vale
si es que no te consigo
pero te veo sonreír. Incluso eso sería otra batalla ganada.
Ven y salta conmigo.
Soy una caída libre de ataduras,
pero blanda en el fondo. Asómate a mi abismo,
no va a dolerte,
y aunque sientas frío sabré darte calor.
Calla ya, y baila conmigo bajo la lluvia.
Aunque no llueva,
aunque no calles y ya sólo nos quede este abrazo
que vuelve a llamarte/se amor.