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miércoles, 24 de diciembre de 2014

Me gustaría hablar contigo.

Me gustaría hablar contigo.

Me gustaría contarte que cáncer es una palabra preciosa. Pero duele.

Me gustaría verte sonreír en lo alto de un árbol de navidad, y no verte con tanto destello.

Me gustaría cogerte de la mano
y llevármela al pecho

No para que sientas que todavía me acelero cada vez que abres la boca por cualquier acto involuntario que te sobrecoja

- inserte estornudo, tos o esputo en este momento

No, quiero que me toques las tetas y digas que siguen pareciéndote preciosas

Me gustaría hablar contigo para decirte que estás guapísimo con el pelo largo.

Con el pelo largo atado.

Enredado.

Da igual.

Me gustaría hablar contigo para ponerte sobre aviso. Lo que voy a hacerte es 50% dolor.

El resto, luego te lo muestro.

Me gustaría hablar contigo para decirte que te extraño

Que tienes las manos grandes

La sonrisa aún mayor

Y yo quepo en ambas.

Me gustaría hablar contigo porque estás demasiado lejos para tocarte.
Y ya ni siquiera sé en qué puerta tendría que hacerlo para que seas tú quien abra.

Me gustaría romperte la ropa.

Y que te dé tanta vergüenza salir a la calle desnudo
que te quedes para siempre en mi cama.

Me gustaría que Navidad fuera un dolor cualquiera,

como un catarro
O una chocolatina caducada.

Me gustaría no recordar tu voz
para tener una excusa por la que llamarte.

A gemidos.

Me gustaría que me mandases un mensaje, con tan sólo dos palabras:
Estoy aquí.

Así sabría que todas las mentiras que me cuento
saben tragarse las suyas.

Me gustaría
por una sola noche más
hablar contigo. A la cara.

En la cama 

Y decirte alguna tontería de esas,
por ejemplo: Yo, también.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Soy una amenaza

Desde que todas las flores del jardín
han notado que es invierno
parece que es más fácil
morirnos de frío.

Cada vez que intentas abrigarme
te quedas helado.

Cada vez que siento que no estás
rompo un espejo.

Supongo que de ahí esta mala suerte.

También en la salud,
que la enfermedad es siempre. Y no quedan camisas de fuerza
para todo este duelo.


A quién hay que contener
en un frasco
para que la esencia de tanta derrota
no sea que al final
de los finales
todos terminamos bajo tierra.

Como las flores.

Todos

acabamos

muertos.

Como las flores.

Hay escarcha por todas partes

Hay partes de alguien por toda la casa.

Algo me duele,
y sé exactamente quién.

Deja de mirarme como si no supieras
que prefiero no esperar
nada ya
de los médicos.