Me gustaría hablar contigo.
Me gustaría contarte que cáncer es una palabra preciosa. Pero duele.
Me gustaría verte sonreír en lo alto de un árbol de navidad, y no verte con tanto destello.
Me gustaría cogerte de la mano
y llevármela al pecho
No para que sientas que todavía me acelero cada vez que abres la boca por cualquier acto involuntario que te sobrecoja
- inserte estornudo, tos o esputo en este momento
No, quiero que me toques las tetas y digas que siguen pareciéndote preciosas
Me gustaría hablar contigo para decirte que estás guapísimo con el pelo largo.
Con el pelo largo atado.
Enredado.
Da igual.
Me gustaría hablar contigo para ponerte sobre aviso. Lo que voy a hacerte es 50% dolor.
El resto, luego te lo muestro.
Me gustaría hablar contigo para decirte que te extraño
Que tienes las manos grandes
La sonrisa aún mayor
Y yo quepo en ambas.
Me gustaría hablar contigo porque estás demasiado lejos para tocarte.
Y ya ni siquiera sé en qué puerta tendría que hacerlo para que seas tú quien abra.
Me gustaría romperte la ropa.
Y que te dé tanta vergüenza salir a la calle desnudo
que te quedes para siempre en mi cama.
Me gustaría que Navidad fuera un dolor cualquiera,
como un catarro
O una chocolatina caducada.
Me gustaría no recordar tu voz
para tener una excusa por la que llamarte.
A gemidos.
Me gustaría que me mandases un mensaje, con tan sólo dos palabras:
Estoy aquí.
Así sabría que todas las mentiras que me cuento
saben tragarse las suyas.
Me gustaría
por una sola noche más
hablar contigo. A la cara.
En la cama
Y decirte alguna tontería de esas,
por ejemplo: Yo, también.